sábado, 7 de octubre de 2006

LAS LEYES DEL ISLÁM

Mataró, 07/10/2006
Publicado en El Faro de Ceuta

Conociendo como conozco el mundo árabe, no por ello me sigue sorprendiendo la peculiar forma que tiene los musulmanes de interpretar las azoras (Capítulos) y con ellos las aleyas (versículos) del Corán. Y todo sabemos que un muslim (musulmán) significa uno que se somete e implica la completa sumisión a la voluntad de Dios. Los musulmanes creen que la naturaleza misma es islámica, dado que sigue las leyes naturales dadas por Allah.
Sin pararse a meditar que lo que oyen siempre son palabras de hombres como ellos.
Los musulmanes dicen del Corán que es la palabra "eterna e increada" de Allah; por ello su transmisión debería realizarse sin el menor cambio en la lengua originaria, el árabe clásico, lengua en consecuencia considerada sagrada a todos los efectos. Con la de cambios que hacen cada día los imanes…
Recientemente el Gobierno de Pakistán ha promulgado una Ley reformada en base al Corán, a la que llaman Ley de Hudood, en la que una de sus normas me deja más frito que un churro castizo.



Esa norma a la que me refiero es la que establece que las mujeres que denuncien una violación serán encarceladas y juzgadas por adulterio. ¡Encima!
Para evitar ser juzgadas, que no encarceladas, deberán presentar cuatro testigos presenciales de la violación.
Se nota, desde lejos y desde cerca que la musulmanería es machismo machado y remachado. Ya se que lo ha sido, lo es y lo será siempre. Con esto quiero decir que los machos musulmanes tienen todo el poder en sus manos y convierten a las mujeres en poco menos que animales inmundos a los que sólo se les exigen procrear, a la manera de la Ley de la Selva para preservar la especie cueste lo que cueste.
Que una pobre mujer violada tenga que presentar cuatro testigos presenciales ante el juzgado me parece una chorrada que ni el más imbécil se la podía imaginar, toda vez que los que pudieran presenciar ese criminal acto son copartícipes de la violación, (por cuando allá ni existen cómplices) y encima machos, ya que si hubiera una mujer como testigo ésta no sirve para el juzgado como tal porque las mujeres no tienen derecho alguno ante la justicia. A ver quién me asegura que los testigos machos vayan a ratificar la versión de una mujer.
Por otro lado, que una mujer musulmana entable amistad o, como menos, converse con un hombre que no sea su marido o alguien más cercano de su familia ya tiene la dudosa categoría de adulterio y si es sorprendida por su marido o por alguien cercano de su familia, o bien recibe una somanta de palos; o bien es repudiada; o bien es juzgada. Que no me vengan con que es cuento…, yo personalmente he presenciado muchos casos en muchos de mis viajes.
Todo ello justifica, por parte del mundo no musulmán, que se horrorice ante tamañas injusticias y por tanto reaccione de manera airada, no tanto como lo hacen los árabes, y exijan un respeto que, por naturaleza, debe existir en todo el mundo. Si esa es la ley dictada por Alá a Mahoma, no me extraña que tengan que raptar a las mujeres para poder seguir imponiendo su egoísmo penético (no es error de redacción, no confundir con genético aunque éste también cuenta) y cuando se cansen, enviarlas a la puta calle con el sambenito de adúltera de por vida si no se la quitan antes, me refiero a la vida. Lo que se ahorran esos musulmanes en pensiones de alimentación y otras…
El fanatismo religioso demostrado por los musulmanes ante palabras o actos cometidos por los no musulmanes, no hace más que radicalizar esa religión como una religión propensa al crimen, a la guerra, en definitiva a la matanza por el credo. Con sus actos lo están demostrando cada segundo, cada minuto, cada hora de cada día… la muerte de una sencilla misionera es todo un ejemplo de lo que son capaces en cuanto sus líderes lo consideran oportuno y lo ordenan. Y lo último que han ordenado es la destrucción de Roma y la conquista de todo el mundo mundial. ¿No te jode? Y los imbéciles presidentes bananeros haciéndoles el juego a los dirigentes visibles del demonio islámico con abrazaditas, palmaditas, saludos al tendido cogidos de las manos…¡éstos tíos sudamericanos no se enteran de qué va el refrito!... Como el Chávez y el Evo tienen cara de moro, menos mal que no está el Menen, ¿qué se podía esperar? Y ojo con la energía nuclear en poder de fanáticos.
En definitiva, que si las mujeres musulmanas tuvieran el valor y el heroísmo de plantar cara a sus machotes, podríamos asistir a un cambio esquematizado del comportamiento general de los radicales musulmanes, aunque ello cueste algunas vidas al principio. De hecho, están comenzando a elevar el grito a Alá para que deje de hacerse el sordo y las atienda. En Peshawar han comenzado.

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