Publicado en El Faro de Ceuta, Diario Sur, Qué!
He regresado al hotel después de una sesión fotográfica por las calles de la ciudad y en el vestíbulo me he encontrado con Gaspar Llamazares a quién conozco desde octubre del 2000, en parte por mi amistad con Luís Tejedor Ballesteros, alcalde de El Prat de Llobregat (Barcelona) y miembro destacado de IC (Iniciativa por Cataluña) y en aprte por mi anterior cargo público. He intercambiado con él unas palabras de saludo durante el tiempo en que duró la espera del ascensor y mientras me doy cuenta de que le acompañan Mohamed Alí, a quién no conozco personalmente, y un grupo de gente todos musulmanes.
Al llegar el ascensor decido dejar subir a todos y esperar la siguiente bajada del aparato pero Mohamed Alí me indica que suba con ellos, cosa que es de agradecer porque mis piernas no pueden sostenerme ya tras las largas caminatas de mi particular safari fotográfico.
Antes de apearme en la tercera planta, me despido de Gaspar Llamazares con un deseo de que todo vaya bien y a pesar de llevar la cámara en ristre no hice la menor acción para plasmar el momento para la eternidad, el político no es mi objetivo.
Conozco la postura política de Llamazares respecto a Ceuta y Melilla y aunque mis ideas políticas están bastante alejadas de las suyas, no es cuestión de exponer aquí sin haber realizado un exhaustivo y profundo análisis sobre el tema. Pese a todo ello, me ha extrañado bastante distinguir entre los miembros que componían el séquito a una persona que se parece extraordinariamente a un miembro de algún departamento del gobierno marroquí y al que creo reconocer de una visita que efectué, tiempo atrás, a Rabat acompañando a un grupo de empresarios. Puede ser que mi vista esté un poco turbia y me haya equivocado, en éste caso pido disculpas públicamente a pesar de que el parecido es extraordinario.
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