domingo, 29 de agosto de 2010

LA INMIGRACIÓN ATACA

Publicado en:
El Pueblo de Ceuta

Un fin de semana estupendo. Fiesta mayor en un pequeño pueblo del Maresme, que se llama Dosrius, ubicado en los alrededores del hermoso Parque del Corredor (Sierra del Corredor), algo cerca pero distante del Montseny. En realidad está en la Cordillera del Litoral catalán.
Nos hemos reunidos en un pequeño bar, para cenar, y lo hemos hecho acompañados por la Concejala de Movilidad del Ayuntamiento de Dosrius, Iona Gálvez. Persona muy entregada en la labor de atención al ciudadano.
Hemos platicado de todo, con bromas incluidas, y hemos hablado un poco del problema de la inmigración.
La inmigración, esto es mi opinión ¿no?, está alcanzando cotas lunáticas que los españoles no conseguimos alcanzar cuando la emigración de los años 60.
Las atenciones que dispensamos a estos inmigrantes, con el consiguiente costo económico, que siguen llegando a nuestras costas (ahora en balsitas de juguete), nunca las han tenido aquellos españoles que emigraron a Francia, Alemania, etc. A pesar de que emigraban con papeles.
Desde que asumimos acoger con los brazos abiertos a los primeros inmigrantes ilegales, éstos han aumentado de manera considerable y la inicial ayuda que ofrecimos se ha hecho una carga insoportable actualmente.
Carga que sigue aumentando imparablemente, más aún con la no colaboración de los demás países implicados en este problema.
Si la Guardia Civil del Mar no puede devolver a inmigrantes avistados antes de que “pisen” la raya de separación de las aguas jurisdiccionales del país… ¿Qué se puede hacer?
Como se corra la voz, cosa que doy por hecha, de las facilidades con las que se encuentran los inmigrantes para entrar… esperemos pronto una verdadera avalancha.
Les hemos ofrecido un dedo, ahora quieren el brazo entero.
Les hemos acogido con cariño… nos responden con imposiciones de sus costumbres, usos y maneras. En otras palabras: no nos respetan.
¿Tan Quijotes somos?
No es que esté de acuerdo con lo realizado por el Gobierno francés con los gitanos rumanos… pero algo de razón deben tener los franceses.
Estos gitanos nunca cambiarán, ni respetaran las leyes del país que pisan… ¿Qué hacer? ¿Mantenerlos a todos con subsidios a costa de los ciudadanos? ¿Permitirles que hagan lo que les de la real gana? ¿Permitirles mantener un estado de alarma social por robos y atracos?
Las anteriores preguntas valen también para el resto de inmigrantes.
Cuando a mi me interesa acampar en plena Plaza de los Reyes, seguro que a los dos minutos viene la Urbana y me echa con cajas destempladas…, lo mismo si decido hacerlo bajo el Puente de África.
Somos demasiados tolerantes con los extranjeros y demasiado duros con los propios ciudadanos. Para ellos existe el beneficio de la duda, para los ciudadanos españoles no.
Cuando se derrumban viviendas en el extranjero… todo son ayudas y donaciones, envío de tropas y voluntarios que ayuden a buscarles cobijo, etc.
Cuando se derrumba una familia española por cuestiones ajenas, como el paro, sin templar gaitas… a la puta calle por no poder satisfacer el hambre del Banco con la hipoteca.
Si se inunda una población extranjera, los dirigentes del país se vuelcan en ayudarla.
Si es una ciudad española… con su pan se lo coma.
¿Eso es justo? Si es que alguien sabe lo que es justo.
Si no hay dinero para los españoles… ¿cómo es que lo hay para los extranjeros?
Eso de la crisis me suena a cuento, y no chino precisamente.

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