martes, 7 de noviembre de 2006

LA REALIDAD POLÍTICA INTERNACIONAL

Mataró, 07/11/2006
Publicado en El Pueblo de Ceuta, Qué!

Me he levantado bastante templado, después de una plácida noche mayeña con fuerte sabor primaveral. He luchado contra el agua en la cotidiana ducha matinal, digo que he luchado porque salía extremadamente caliente y no quería resultar asado como un huevo pasado por agua. Bastante trabajo me ha costado conseguir el punto justo del agua templada, ni fría ni caliente, hasta que recordé que no habíamos cambiado el control del quemador de la caldera que estaba en la posición de invierno.
Ya en el autocar, camino del trabajo, doy un repaso a las noticias de prensa del día y concateno algunas con la ducha que me di antes. El consumo de combustibles.



Era de esperar la reacción de algunos presidentes sudamericanos en el tema de la producción industrial y comercial de su propio país. Si la historia no miente, sus países fueron esquilmados por quienes se decían descubridores de nuevos mundos cuando no eran mas que simples conquistadores que llevaban a cabo la ocupación de un país, como en la actualidad hacen los norteamericanos con los países de Oriente, arrasando con cuanta riqueza podían y masacrando, de paso, a la población indígena. La historia se repite. Y muy recientemente.
El cansancio producido por aguantar las imposiciones de los poderosos, poderosos ajenos al país, que no buscan más que enriquecerse a toda costa y expoliar las riquezas de la materias primas de cualquiera de esos países que ahora explotan con el grito de ¡Basta!, ha llegado a su punto final. Al límite soportable. Uno ve su país desde un punto de vista propio de quién ve desmembrarse la economía total del mismo, economía que se fuga al exterior sin beneficio tangible para sus habitantes, que en la mayoría de los casos se ven forzados a emigrar, y le produce un terremoto estomacal de rabia pero no de impotencia.
Ese cansancio ha terminado por reventar las venas de la impasibilidad y de la impotencia y la vuelta de tuerca que algunos presidentes sudamericanos han tomado es la lógica decisión de quién vela por su propio país, por el bien de sus habitantes. Que posteriormente algún que otro presidente se enriquezca a costa de sus propios paisanos ya es otra cuestión, cuestión de la justicia del país afectado y que debe arreglarlo por sí mismo sin interferencias exteriores. Que no ocurra lo que ocurrió en Panamá: la intervención de los norteamericanos para derrocar a un presidente electo por el pueblo panameño (Noriega) con la burda acusación de que es un narcotraficante está más socorrida que la propia fundación de los Estados Unidos, hará ya más de doscientos años. Y no se la cree ni la madre que parió a cierto presidente. Esa es una prueba palpable de la imposición a un país por motivos económicos…¿el canal de Panamá no lo es?. Un poquito de por favor, como suele decir el portero de la ficción televisiva, reflexionemos.
Cabe destacar la valentía de un sencillo “indio” boliviano al enfrentarse al mundo potencialmente económico, potencialmente económico gracias a terceros países, que nos haría meditar sobre el momento en que un verdadero indio norteamericano se levante y, bajo la protección de Manitú, asuma el poder de los Estados Unidos y decida apacentar a su ganado en su propio territorio… ¡qué utopía, producto de la mente de éste iluso!
No me vengan con que se ha invertido mucho capital para levantar esas industrias. Los piratas de antaño, los conquistadores llamados descubridores, los soldados de fortuna, en fin: los aventureros ambiciosos, también invirtieron lo suyo y lo ajeno.
He llegado al final del viaje y la realidad se impone como siempre suele hacerlo: con toda su crudeza. Ahora me toca coger el Metro y tirar “p’alante” con mi obligatoria dedicación laboral. Trabajo en una empresa que me paga puntualmente, casi religiosamente, una nómina que acepté al firmar el contrato de trabajo… ¿porqué no pueden decirlo la inmensa mayoría de habitantes de esos países esquilmados

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