sábado, 11 de noviembre de 2006

CONTROVERSIA DURADERA

La derecha española, representada parlamentariamente por el PP, está quedando a un nivel increíblemente bajo merced a las manifestaciones de ataque, repetidos ataques, contra el Gobierno de la nación.
Esta derecha, que proviene de un sistema político ya caduco pero que continúa utilizando aquellos métodos de patético recuerdo, no se entera o no se quiere enterar que se está convirtiendo en un auténtico esperpento político
que no podría conducirle a nada bueno.
En ésta ocasión, la derecha ataca al Gobierno porque la postura de éste es pedir
la paz y condenar cualquier ataque incruento contra países débiles, tachando a ese Gobierno de antisemita, lo que me hace reír incrédulo viniendo de donde viene esos ataques verbales.
Esa misma derecha, tan apegada a la Iglesia Católica y que reverencia en profundidad
a su jefe, el Papa, olvida fácilmente que uno de los eternos postulados era y es condenar a los judíos porque eran y son la encarnación de todo mal; los consideraban y consideran culpables del mayor delito de todos los tiempos tipificado en la traición a Cristo ante los romanos que ocupaban Palestina.
Esa misma derecha que no renegó nunca de la Santa Inquisición para la cual siempre
habían sido “perros judíos” y asesinos de Dios; ni tampoco renegó del franquismo cuando recientemente toda Europa lo plasmó en la Asamblea General de la UE, franquismo que no se si cayó en la cuenta de que si Cristo era judío, también lo eran los millones que habían sido sacrificados por Hitler…



Esa misma derecha personificada en el PP acusa ahora al Gobierno de ser antisemita,
llamándolo arcaico y paleto porque denuncia el terrorismo de Estado de Israel, deja mucho que desear porque siembra una cizaña tan podrida con la mala intención de tratar de confundirnos para que no sepamos quienes son los buenos y quienes son los malos.
De pena, Dios mío, no los perdones porque saben lo que hacen.

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