lunes, 12 de enero de 2009

DIOS Y LOS ATEOS

Que raro me encuentro volviendo a la empresa de la que se supone estoy jubilado. Ahora estoy en el segundo período del 15% que me corresponde. Después tendré unos larguísimos meses de asueto para lo que me guste mandar o hacer y por cierto que no los desaprovecharé.
Bueno, regresando del trabajo a mi despacho, para escribir este articulillo, tomo el autobús de la línea 14 que me conduce a la parada de otros autocares y me quedo verdaderamente sorprendido, que no asombrado, por verlo, al autobús, con un cartel publicitario que niega la existencia de Dios con la frase “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida”.



Que quede claro, a mí Dios nunca me ha preocupado ni aún cuando las cosas me han ido bastante mal. Con sólo la fe, a menos que me dedique a ser cura, no consigo sacar cuartos en la vida terrenal ni evitar accidentes con el rezo solamente. Para evitarlos tenemos que contar con nuestra agilidad de “torero”. Con lo que digo de paso ¿para qué les han servido las numerosas estampas de las vírgenes y de los Cristos a los toreros fallecidos en accidentes laborales. No me digan que el toro no es un objeto laboral.
Es normal que pasen estas cosas. Estamos en un país democrático, no teocrático, y cada cual puede exponer su pensamiento en formato opinión o cartel publicitario. Mejor para nosotros, bueno digo mejor para mi empresa ya que con las ganancias de estos anuncios pueden seguir abonando puntualmente los sueldos, pese a las crisis que van y vienen.
Si los ateos se han decidido dar este paso, no comprendo que los socios de determinada asociación de cristianos también lo den cuando tienen toda la publicidad del mundo para ellos, desde enormes carteles que representan los edificios de las iglesias y catedrales, cruces enormes en cierto valle de desagradable recuerdo, enormes pasos por toda la geografía española durante Semana Santa…
Tan bajo caen estos cristianos de esa asociación para poner anuncios también en los autobuses, con lo que nos hacen preguntar el porqué gastarán entre 2000 y 2500 euros cada cuatro semanas y no emplear ese dinero en salvar almas africanas del hambre. No creo que unos anuncios en los autobuses hundan la “fe” de los cristianos con tanta parafernalia suelta cada día.
Lo peor de todo es que están empeñados, los de la Asociación de cristianos, en sacar una campaña de pegatinas para coches como la del toro de Osborne o el burro catalán… ahora, supongo, saldrá una pegatina con el rostro de Dios (por fin veremos como sería en realidad Dios) o sólo será representado como un ojo dentro de un triángulo brillante. Esto último se parecería al Ojo de Saurón que por cierto era un mal tipo.
Mucha gracia me ha dado la declaración del presidente de la Asociación de cristianos, cuyos apellidos me suenan bastante, en la que afirma “Dios es una fuente de felicidad. Cuando estás abandonado, siempre puedes contar con él”… ¡joder! que se lo diga a los miles de emigrantes, vagabundos, pobres de solemnidad que viven en las calles de cualquier ciudad totalmente abandonados a su suerte. Veremos las respuestas de manera tan gráfica que no me atrevo a reproducirlas.
¿Dios es ese que Franco siempre mencionaba mientras mataba a españoles como él? ¿Dios es ese que cobija a papas desde Borgia, mujeriego, asesino y ladrón, hasta Benedicto XVI que se lava las manos en la matanza de palestinos? ¡Vaya Dios que sería! Ese, desde luego no es mi Dios. Ese es un Dios que se complace morbosamente observando, junto con su colega Alá, tripas desparramadas por este mundo de niños que no saben absolutamente nada de qué va la cosa. Y no mueve ni un dedo… lo único que remueve son mis tripas.
Bueno, si por este artículo me quieren excomulgar, algún miembro del clero, que me excomulgue. Al fín y al cabo no sería más que una decisión humana, no de Dios, y obviamente eso no me afecta ni psíquica ni anímicamente. Hace tiempo que dejé de creer en la Iglesia.
Si los ateos quieren poner anuncios, que los pongan mientras paguen.

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