domingo, 26 de septiembre de 2010

EL JUEGO DE LOS NÚMEROS

Publicado en:
El Pueblo de Ceuta

Jueves de huelga, quiero decir jueves de juerga. Porque eso es lo que en el fondo han desarrollado muchos ciudadanos, muchos.
Como soy así de impulsivo, acudí a Barcelona capital para presenciar las manifestaciones que se sucederían a lo largo del día.
Estoy, en parte, por la huelga, dado que me congelan la pensión sin darme respuesta a la pregunta: ¿hasta cuándo?
En parte no estoy con la huelga porque utilizan un arma que no se debería utilizar en una democracia: la presión de los piquetes violentos.
Otros ciudadanos, si es que son dignos de esta denominación, aprovechan el momento para hacer de las suyas.
Son los delincuentes, los que se llaman antisistema pero que son antitodos.
Okupas que asaltan la antigua sede del Banco Español de Crédito y lanzan botellas de vidrio contra las fuerzas de seguridad que, al final, consiguen desalojarlos.
Lamentablemente, en un momento dado, asaltaron un comercio y arramblaron con cuantos artículos encontraron a su paso aprovechando que no había ningún agente por las cercanías, concentrados como estaban en el epicentro de las manifestaciones violentas de los antisistema.
Pasemos a los números que danzan en diversos medios de comunicación. Números referidos a la participación en la Huelga General.
Según los sindicatos convocantes, han secundado la huelga un 70% de los ciudadanos –será de los trabajadores en activos, cosa difícil de creer- cuando en Barcelona han sido unos 140.000.
Los sindicatos afirman que han sido 400.000, cifra truculentamente dispar si calculamos las zonas ocupadas. Si realmente fueran esa cantidad, estaría ocupada una zona amplísima, desde lo alto de la Diagonal, pasando por la plaza de España, hasta la estatua de Colón, al final de las Ramblas. No fue así.
No tienen razón los piquetes al exigir a los comerciantes que cierren sus establecimientos. Una cosa es que si los empleados de los pequeños comercios decidan ir a la huelga y otra que obliguen a cerrar cuando es el propietario el que se queda trabajando. Los sindicatos no les dan de comer.
Lo cierto es que esta huelga tiene que ser una huelga fantasma, forzosamente, por cuanto los sindicatos exigen, sí señor exigen, a los trabajadores que la secunden… a la hora de acudir a un sindicato para reclamar unos derechos, lo primero que exigen o presentan como excusa es que deben estar afiliados los mismos trabajadores que se manifiestan.
Digan lo que digan los sindicalistas, la huelga ha resultado un fracaso, al menos en Barcelona, ya que solo cierran los chinos y eso porque…
La responsabilidad de los sindicatos con los piquetes es total, digan lo que digan, y la violencia desatada por estos últimos dejan en evidencia a los primeros. Siempre manifiestan que son piquetes informativos pero a la hora de la verdad sueltan mil hostias condicionando, con ello el derecho al trabajo.
¿Qué pintan las banderas nacionalistas en la huelga?
Bueno, serían demasiadas preguntas para avalar una manifestación que no han cuajado bien en el sentir de la mayoría de los ciudadanos, si no… ¿por qué prefieren tomarse a cachondeo la misma e irse a la playa, montaña, pasear por el parque y celebrar fiestas verbeneras en los barrios?
Bestias los hay siempre, bestias que destrozan coches y autobuses simplemente por ganas de destrozar lo que sea. Bestias que arramblan con artículos de los comercios, realmente roban, y rompen escaparates, muebles, etc. que no tiene culpa alguna.
Más bestias son esos tipos y tipas antisistema. No tienen un elemento, realmente válido, que avale sus actuaciones.
Malo será si toleramos esto.
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