miércoles, 22 de septiembre de 2010

¿ACABÓ LA CRISIS?

Publicado en:
El Pueblo de Ceuta

Optimismo, lo que se dice optimismo no lo veo a mi alrededor. Todos son caras largas y gestos de malhumor en quienes leen la prensa o ven los telediarios en la enorme pantalla del Casinet.
Nuestro presidente del Gobierno, pese a quién pese, declara que da por saldada la crisis española y por otro lado defiende la expulsión de los gitanos búlgaros y rumanos…
Bueno, optimista si lo es nuestro presidente, pese a quién pese, pero creo que exagera el asunto. SI lo hace de cara a los mandamases del dólar será para mostrar una cara totalmente distinta y además demasiado maquillada, creo.
La crisis sigue ahí si sólo van a hacer “pequeños ajustes” a las rentas más altas, según Salgado.
La crisis sigue ahí si el IPC sigue como sigue. Con las eléctricas frotándose las manos ante la posible subida, la doy por hecha, del recibo.
La crisis sigue en pie porque los parados siguen aumentando, los desahuciados siguen pagando y los jubilados siguen rascándose el ombligo intentando calcular cuánto le quedará de su pensión en el momento de la congelación, de ésta no de él.
La crisis sigue caminando cuando se siguen descubriendo tramas urbanísticas que evaporan el dinero, de manera tan alarmante, a través de empresas fantasmas.
Bueno, aún no acabó ni la tercera parte de la crisis cuando empieza una nueva.
Que Juan Vivas salga a manifestar “Ceuta no es un problema” tras la foto de Zapatero y Mohamed VI, esto y un poco más es lo que hicieron los dos líderes, trae consigo una serie de cuestiones que en nada, de tiempo, se convertirán en punto de arranque de más problemas.
Aunque eso de no poner “peros” a la mencionada reunión me parece un exceso de protagonismo.
Por otro lado, agradecería a mi amigo y presidente, Juan Vivas, que estudiara un poco más la historia de nuestra ciudad y con ello poder replicar con garantías a Ignacio Sotelo.
No debe ni puede obviarse la historia, profunda y más cercana… pero inventarse entradas inexistentes puede volverse en contra.
No entro en más detalles de su abierta declaración. En el fondo, la misma sería más contundente y eficaz, pero sé que guarda un as de diplomacia según el caso.
Sabemos, y de sobras, que Marruecos es un país expansionista territorialmente, como lo es el Islam en razón a la religión.
Las pretensiones de homogenización del Islam en nuestra ciudad, según palabras de un ferviente musulmán, tienen un trasfondo político que tiene mucho que ver con futuros problemas, al tiempo.
No esperemos, nunca, una sincera colaboración de quienes ponen una sonrisa y, a la vez meditan para sus adentros donde meter el sopapo.
Lo cierto es que la historia contemporánea demuestra que la sinceridad siempre está ausente en ese tipo de contactos cupulares.
Tanto como en las declaraciones, bien intencionadas, sobre la crisis.
Bueno, pasemos al tema de la inmigración.
No somos espacio Schengen y por lo tanto no deberíamos aceptar inmigrantes. ¿Por qué no los desvían a la península cuando los “pillan” en el mar?
Lo cierto es que desde los incidentes de la frontera marroquí con la ciudad de Melilla, existe un grupo de presión que hace la vista gorda en partidas de inmigrantes.
Llenando las dos ciudades, tienen más facilidades de actuar.
Antes de estar contentos con el encuentro de Zapatero y Mohamed VI, habría que exigir inmediato reconocimiento de las dos ciudades como territorios Schengen, eso creo.
Sin embargo, el optimismo queda oscurecido por la desidia de quienes tienen, realmente, en sus manos sentar los puntos sobre las íes. Por razones que se escapan al caso, a mí no, prefieren hacer el juego del póker.
Andando veremos lo que pasa. Que no sea “ná”
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