lunes, 21 de septiembre de 2009

ABARATAR EL DESPIDO

Cabe destacar que la situación actual de la política, de la crisis y de todo lo demás pasa por un “impasse” bastante embolicado con tantos problemas, cuya guinda es el reciente atentado de los etarras con coche bomba pero sin víctimas, contra la sede de Ferrovial-Agromán, una de las adjudicatarias del AVE vasco.
En todo caso, también resulta bastante macabro y peligroso que haya gente suelta por ahí dispuesta a descerrajar un tiro en la cabeza a cualquiera que encuentre en la calle. Va esto por el reciente asesinato de Félix Martínez Touriño, conocido mío y colaborador en algunos eventos cuando mi etapa en Madrid y cuando estaba en el sector hostelero, hasta ahora era el director del Centro Internacional de Convenciones de Barcelona y apenas tenía 37 años.
Por si fuera poco dos mossos d'Esquadra de la comisaría del Eixample, resultaron la pasada madrugada, heridos de arma blanca en una pelea multitudinaria en el parque de l'Escorxador de Barcelona.
Entretanto los jueces barruntan huelga si huelga no. Como sientan este precedente, el de hacer huelga, la van a armar gorda por que el status de un juez no es el de un trabajador corriente y moliente. Menos mal que el Poder Judicial lo ve claro.
De todo esto, cosas que suceden más o menos en cualquier país, pero no en cualquiera sino en el nuestro, se nota una marcha ‘in crescendo’ fatal para la política: el PP está siendo sacudido por terremotos internos que no llegan, por suerte para Mariano Rajoy, a la categoría de tsunami. Los tres escándalos mayúsculos, por ahora, está carcomiendo los nervios del líder pepero (como muestra: la foto en la que trata de comerse las gafas) y ello conlleva que los ciudadanos conservadores se miren perplejos.



A pesar de que pretende desmarcarse de los escándalos, éstos le salpican demasiado cerca y difícil lo tendrá, cada vez peor, si se siguen destapando chanchullos. Chanchullos inadmisibles, porque los que se aprovechan de ello son políticos elegidos por los ciudadanos y la burla hacia sus electores es bastante grave.
Por si no fuera poco, la crisis económica del país está haciendo creernos que los empresarios representados por el presidente de la CEOE tienen buen corazón y tratan de salvar la crisis, salvándose ellos en primer lugar con el abaratamiento del despido. Un arma de doble filo y expresamente mortal para los derechos legítimos de los trabajadores que verían mermado muchísimo los mismos y con ello mandar a la mierda muchos años de luchas reivindicativas.
El truco ese de decirnos que con el abaratamiento del despido fomentan más empleo y con ello más trabajadores… dejen que me ría un poquito -si me río mucho se me sube la tensión demasiado- y les pregunte directamente: ¿Despedirán a tres a cambio de admitir a uno?
Cuentan el incremento de empleo como una novedad, sin restar los despidos. En cierto modo no dicen una mentira, la del incremento de empleo, pero tampoco dicen una verdad, la de no contabilizar el saldo.
Abaratar el despido significa que el empresario, aparte de los beneficios que ha obtenido mientras el trabajador estaba en su empresa, obtendrá pingües ganancias, que casi nunca reparte con sus trabajadores –como mucho el 1% de las mismas- cuando la producción tenga necesidad de bajar un tanto por la acumulación de stocks. Despide a los trabajadores que su responsable de producción le asegura no necesitar y éstos despidos no lo contabiliza en la propaganda de la empresa. Cuando la producción tiene necesidad de incremento, solicita nuevos trabajadores que sí lo contabilizan en la misma propaganda de la empresa…
Bueno, de momento los trabajadores que tenemos amarrado nuestro futuro somos los que pertenecemos a la esfera del funcionariado o de mandos intermedios para arriba… el resto que vayan a comulgar para que no le toquen la ruleta del despido.

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